El ciclo del
nitrógeno es cada uno de los
procesos biológicos y abióticos en que se basa el suministro de este
elemento de los seres vivos. Es
uno de los ciclos biogeoquímicos importantes
en que se basa el equilibrio dinámico de composición de la biosfera terrestre.
Los
seres vivos cuentan con una gran proporción de nitrógeno en su composición
química. El nitrógeno oxidado que reciben como nitrato (NO3–)
es transformado a grupos aminoácidos (asimilación). Para
volver a contar con nitrato hacen falta que los descomponedores lo extraigan de la biomasa dejándolo en la forma
reducida de ion amonio (NH4+),
proceso que se llama amonificación; y que luego el amonio sea oxidado a nitrato,
proceso llamado nitrificación.
Así
parece que se cierra el ciclo biológico esencial. Pero el amonio y el nitrato
son sustancias extremadamente solubles,
que son arrastradas fácilmente por la escorrentía y la infiltración, lo que
tiende a llevarlas al mar. Al
final todo el nitrógeno atmosférico habría terminado,
tras su conversión, disuelto en el mar. Los océanos serían ricos en nitrógeno,
pero los continentes estarían
prácticamente desprovistos de él, convertidos en desiertos biológicos, si no
existieran otros dos procesos, mutuamente simétricos, en los que está implicado
el nitrógeno atmosférico (N2). Se trata de la fijación de nitrógeno, que origina compuestos solubles a partir
del N2, y la des nitrificación, una forma de respiración anaerobia que devuelve N2 a la atmósfera. De esta manera se
mantiene un importante depósito de nitrógeno en el aire (donde representa un
78 % en volumen).
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